¡Por fin! El 10 de julio del 2021 el mundo del fútbol pagó su deuda con uno de sus mejores exponentes, Lionel Andrés Messi Cuccittini. Tuvo que pasar por 5 finales para poder alcanzar su tan anhelado deseo, gritar campeón con la Selección Argentina.
Aquí en Pelotea lo admiramos y estamos muy felices por su consagración, así que quédate con nosotros y descubre el difícil camino que tuvo que recorrer el “10” de la albiceleste para conseguirlo.
2007, su primera final de Copa América
En esos tiempos Messi aún no era el jugador que todos conocemos, pero ya daba destellos y demostraciones de su gran talento. De hecho, fue coronado como el mejor jugador joven del campeonato. Sin embargo, a pesar de tener una gran participación no fue suficiente para ganarle a Brasil.
2014, el Mundial de Brasil y la final contra Alemania.
Este era un mundial diferente, Leo llegaba como la estrella de fútbol y no hacía más que maravillarnos partido tras partido. La esperanza e ilusión crecían, prometía ser una copa del mundo para contar a las siguientes generaciones. Pero, Alemania tenía otros planes y nos dejó una de las imágenes más tristes de la historia de este deporte.
2015, la revancha ideal, pero no.
A tan solo un año de la final del mundial esta era la perfecta oportunidad para pasar ese mal sabor de boca, pero tampoco sería el momento. Chile llegó a la final y demostró ser un gran contrincante, supo defender y también atacar cuando lo debía. Argentina y Messi una vez más se fueron por la puerta de atrás.
2016, el bicentenario de la Copa América
Otra copa, otra final, pero a la vez una nueva derrota. Chile se interpuso nuevamente en el sueño del astro argentino que erró un penal decisivo. Messi ya no encontraba respuesta alguna, la desesperación y presión se notaba, incluso llegó a dejar momentáneamente a la selección.
A la quinta final es la vencida
¿Será que el destino le estaba guardando esta oportunidad? Pues nosotros creemos que sí, salir campeón contra Brasil (el eterno rival) y en el Maracaná no lo puede decir ni Maradona. Vaya forma de consagrarse, a la altura de uno de los mejores de todos los tiempos.